LA RED SOCIAL DEL FITNESS ESTÁ LLENA DE MENTIRAS

REDES SOCIALES: AUMENTA LA VISIBILIDAD

Las redes sociales de hoy tienen como objetivo darse a conocer, ganar visibilidad y captar suscriptores. La mayoría de las veces, estos objetivos se centran en los aspectos de las cosas que alteran la realidad. El objetivo es obtener vistas, suscriptores, obtener clientes o crear un nombre o una imagen entregándonos contenido y mensajes sensacionalistas y extremos. Nos dicen lo que queremos escuchar o nos muestran lo que saben que queremos ver. En este contexto, es difícil, si no imposible, encontrar contenido auténtico porque el objetivo de Instagram NO ES EDUCAR, sino vender. No es intrínsecamente malo usar las redes sociales para vender, está mal cuando se difunden verdades a medias y si se repiten... se convierten en "verdades". 
EJERCICIO Y COMUNICACIÓN SOCIAL: REALIDAD CAMBIANTE
Abrimos Instagram tantas veces al día que cuesta contextualizar lo que vemos y nos afecta inconscientemente; ESTAMOS HECHOS PARA CREER: El físico perfecto es el camino para lograr el éxito, la felicidad y por lo tanto una vida perfecta. Los resultados llegan rápidamente y con poco esfuerzo. también puedes ser un campeón lo que dice el campeon del momento es verdad, siempre lo que dice "más fuerte" es correcto, siempre.

VÍCTIMAS
El mensaje subconsciente es que no eres suficiente, que solo serás feliz cuando alcances cierto físico, cierto nivel de fuerza o cierto resultado. Lidiar con este tipo de mensajes a diario crea -sin darte cuenta- sentimientos de malestar, celos, frustración e incluso sabotea tu autoimagen, felicidad y salud psicofisiológica. Por lo general, las personas que buscan información sobre entrenamiento y fitness son personas que quieren mejorar y cambiar, pero no pueden, y por eso se sienten incómodos por dentro. Paradójicamente, son las personas más frágiles y precarias las víctimas de estos mensajes: entrenadores, campeones, estafadores y vendedores de cigarrillos. Estas personas encuentran un punto de referencia falso en sus perfiles de Instagram y eventualmente identifican la causa que contribuye al problema, como si fuera el síndrome de Estocolmo digital*.

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